Capítulo 18 Sacrificio
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Tal y como lo esperaba Cir Arminus, con los primeros rayos del Sol Rojo, empezó el movimiento en el campamento tremon, escuadras de guerreros se colocaban en el interior de unas extrañas cajas plateadas, y se disponían a avanzar, su destino la ciudad del sur, esta vez realmente se daba por iniciada la batalla.
Un confiado Drager ordenó a los suyos dirigirse a la ciudad, el ejército tremon empezó a avanzar, al interior de la ciudad se empezó a sentir el pánico, los magos sentían miedo, ventajosamente Cir Arminus no estaba dispuesto a perder la calma, el plan era sencillo pero debía ser efectivo, los magos blancos levantarían rocas y la lanzarían con todo poder a las escuadras tremons, al tiempo que los magos rojos debían encender los ríos de fuego de esta manera las rocas llegarían incandescentes a su objetivo y una muralla de fuego cubriría a la ciudad, a su voz todos los magos iniciaron la defensa, Cir Arminus estaba tan ocupado dirigiendo a todas la parejas de magos, que Havyd era quien luchaba con Neyra Divath, hasta el momento el “Paladín Rojo” no realizaba ni un solo ataque, sin embargo era la persona que mas energía estaba utilizando.
Al primer impacto del ataque humano los tremons fueron obligados a detener su avance, que gran fuerza poseían esos magos, no solo que el ejército se detuvo sino que empezó a retroceder, las rocas llevaban gran fuerza y los ríos de fuego parecían autenticas marejadas, si bien es cierto ninguna coraza o soldado tremon recibió daño, se hacia casi imposible avanzar, Drager no se sorprendió, estaba esperando que eso sucediese, ordenó que sus hombres se mantengan firmes, no debían retroceder, si no se avanzaba, al menos no se retrocedería, y así lo hicieron, nadie se movía un solo pie de su posición, sin embargo no entendía por que Cir Arminus no atacaba, todo el tiempo lo había estado observando y lo único que hacía era repartir órdenes, dirigir al igual que él, pero en esta ocasión deseaba luchar cuerpo con su enemigo no solo liderar a los suyos.
Nuevamente el tiempo pasaba y por segunda ocasión la monotonía se presentaba, pero en esta ocasión Drager no deseba seguir de espectador, decidió avanzar personalmente hacia la ciudad, sin utilizar ninguna coraza empezó a dirigirse hacia las puertas del Reino del Sur, con cada paso sentía la gran potencia del ataque humano, pero dispuesto a demostrar su fuerza, a infundir coraje a los suyos, detenía las rocas con gran esfuerzo, al tiempo que se acercaba más a la ciudad, todos en el campo de batalla se sorprendieron, por un instante todos los magos apuntaron hacia el líder oscuro, y a pesar de que Cir Arminus les hizo ver el grave error que cometieron, fue demasiado tarde en ese breve lapso de duda, el ejército tremon avanzó lo suficiente como para ponerse a altura de las puertas de la ciudad.
Las murallas de la ciudad empezaron a caer, las puertas terminaron en el suelo y los engendros de la noche entraron a la ciudad, pero en esta ocasión el “Paladín Rojo” no permitió que ningún mago pierda la calma, les mostró lo ventajoso de la situación, mientras más cerca el enemigo, podían acertar golpes más fuertes, así sucedió, a pesar de encontrarse en el interior de la ciudad los tremons no podían acercarse lo suficiente a los humanos como para acabar con ellos, en esta ocasión ambos bandos empezaban a sentir los estragos de la batalla, aunque en mayor medida los magos, pero a pesar de la situación ni Drager, ni Cir Arminus perdían la calma, cada uno por su lado incentivaban a los suyos, lamentablemente el “Paladín Rojo” empezaba a sentir los estragos de la presión, se sentía cansado, sin embargo no lo hacia notar, nadie, ni el mismo “Caudillo Oscuro” sospechaba que estaba totalmente agotado.
Como siempre Drager era un factor desequilibrante, haciendo uso de fuerza y astucia se acercaba a los humanos y terminaba con un solo corte de su espada a la pareja de magos, era el único tremon que estaba terminando con la vida de los humanos en el sur, al ver esto los magos tuvieron miedo, retrocedían inconscientemente a pesar de las advertencias de su líder, los tremons seguían acorralando a los humanos, la batalla se había extendido demasiado, el cansancio se sentía por doquier, todos a excepción de Drager sentían el peso del enfrentamiento, Cir Arminus daba indicaciones, pero los suyos empezaron a sentir pánico y no cumplían sus disposiciones a cabalidad, esto repercutía gravemente pues los tremons, con cada instante de batalla se organizaban y afianzaban más, al ver esto Drager decidió dedicarse a casar a su trofeo lo divisó en la torre de la plaza, pero antes terminaría con la vida de la mujer blanca, así que regresó su vista al palacio del reino y ahí la localizó.
Drager inició su cacería se dirigía rápidamente hacia Neyra Divath, esta se encontraba demasiado ocupada defendiéndose del ataque tremon como para fijarse en quien se acercaba a ella, incluso al mismo Havyd se le olvidó la presencia de Drager y se concentraba solo en seguir vivo, por fortuna para la gobernante del sur, a Cir Arminus no se olvidaba la amenaza de su enemigo y al verlo dirigirse hacia el “Paladín Blanco” abandonó su posición y corrió tras de el para intentar detenerlo.
El “Caudillo Oscuro” llegó a su presa, en menos de un parpadeo la tenía a la distancia adecuada, Havyd observó con horror acercarse a tan temible ser, pero no fue victima del miedo, decidió enfrentársele, un esfuerzo por demás inútil, antes de que lograra usar su magia, sintió como un potente golpe lo dejaba casi inconsciente, para seguidamente sentir el filo de la espada calcinarle la piel, pero Drager no terminó con su vida no deseba perder tiempo con tan pequeño ser así que lo levanto y arrojo fuera de la torre del palacio, su objetivo era esa mujer que parecía ser valiosa para el hombre de fuego, deseba matar el alma de su enemigo antes que su cuerpo, quería darle terror puro, al verlo frente a ella Neyra Divath retrocedió, y este se lanzo como loco sobre ella, en ese preciso instante llegó Cir Arminus y haciendo uso de la fuerza que le quedaba atacó, el primogénito de la Luna Negra se vio obligado a quedarse inmóvil debido a la potencia de la magia de su enemigo, sin embargo no le prestó atención su objetivo era la mujer blanca, de un golpe alejó al hombre de fuego que ya se encontraba cerca de el y a su presa, Cir Arminus cayó muy golpeado y cansado, sin embargo al ver que ese engendro plateado asestaba un golpe al “Paladín Blanco” desde el suelo volvió a atacar enviando una bola de fuego que casi consigue tumbar a Drager, e inmediatamente se puso delante de Neyra Divath, Drager en un rápido y letal movimiento intento atravesar a la mujer con su espada afortunadamente para ella y para su desgracia, Cir Arminus reaccionó y se colocó en el curso de la estocada, la espada atravesó completamente el cuerpo del “Paladín Rojo”, todo su hombro fue destrozado, incluso Neyra Divath resulto herida al intentar acogerlo, sintió como el filo de Drager le destrozaba la muñeca, Cir Arminus cayó al suelo casi muerto, no le quedaban energías su cuerpo ya no respondía, sentía como la vida se le extinguía con cada gota de sangre que derramaba, Drager se quedó inmóvil un instante mientras veía el cuerpo de su enemigo desplomarse, para Neyra Divath el tiempo se congeló, miraba atónita caer a Cir Arminus al suelo totalmente debilitado y casi muerto, en medio de un charco de sangre se arrodillo para colocar cara arriba el cuerpo del hombre que acababa de salvarla, Drager seguía inmóvil, por un momento sintió pena, su enemigo, el hombre que lo reto a superarse estaba muriendo, sentía regocijo en su alma su trofeo había sido alcanzado, pero hubiera deseado luchar mas, al mismo tiempo sentía una tristeza nunca pensó que ese hombre entregaría su vida por esa mujer, el único rival verdadero que había tenido estaba muriendo, en honor a tan valiente hombre y como muestra de su admiración decidió dar a esa mujer la oportunidad de despedirse del hombre de fuego antes de terminar con su vida, para Neyra Divath no había nada mas que el cuerpo tibio de Cir Arminus que iba perdiendo calor con cada segundo que pasaba, el mundo desapareció solo estaban los dos, lo abrazo y empezó a llorar sobre el, al sentir las tibias lágrimas en su rostro el “Paladín Rojo” reaccionó, abrió sus ojos, usando toda su fuerza de voluntad, pues ya no tenia fuerza física, acarició el rostro del ángel que tenía frente a él, intentado poner buen aspecto, le sonrió y le dijo, mi señora, he fracasado en mi principal misión, no conseguí una sonrisa en vuestro rostro, al contrario provoque que tan hermosos ojos derramen lágrimas, por favor no lloréis, con la promesa de una sonrisa vuestra moriría sabiendo que he cumplido mi destino, pues no debe existir nada mas bello que ver una gran risa dibujada en vuestro rostro, por lo demás se que lograréis detener a nuestros enemigos, no os pido que me venguéis, solo os ruego que salvéis a la humanidad. Neyra Divath no supo que decir, por un instante intento poner sus manos sobre las heridas de Cir Arminus, mantenía la cabeza baja, y de repente alzo su rostro, entre lagrimas una gran y hermosa sonrisa se dibujo en su rostro, habló diciendo, mi señor, lamento profundamente no haber podido corresponder a vuestros deseos, os aseguro, que desde que voz llegasteis a mi vida, mi alma sonríe, tal vez mi rostro no lo hizo, pero no fue por voz, fue gracias a que me deje llevar de mis miedos, os aseguro que si tenéis que morir en este día me has proporcionado la felicidad que no sabía que existía, si ese era vuestro destino lo cumplisteis a cabalidad, sin embargo os ruego, os suplico no me abandonéis, para mantenerme viva y feliz necesito de vuestra companía, para mantenerme sonriendo necesito de vuestra presencia mi señor, al terminar de decir esto observó que Cir Arminus ya se encontraba sino muerto, inconsciente, con un rostro de paz que de no haberlo visto ella no lo hubiera creído, y sin soportar mas empezó a llorar sobre el rostro del “Paladín Rojo” le besaba la frente desconsoladamente, por segunda ocasión alguien a quien ella quería profundamente, alguien que le estaba devolviendo la esperanza moría, en esta ocasión no se dejaría vencer cumpliría los deseos del hombre mas grande que había conocido a cualquier precio, sin importar el esfuerzo detendría a los hijos de la Luna Negra.
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