miércoles, 11 de febrero de 2015

[Literatura] La Herejía de Horus XII

Hola amigos, al fin termine de leer el libro 12 de la Herejía, “Los Mil Hijos”, escrita por Graham McNeil.

No puedo decir más que me encantó, desde el inicio hasta el fin este libro cautiva palabra a palabra, el autor nos hace empatizar profundamente con esta legión, su filosofía, su organización, su credo, su lealtad, todo absolutamente todo parece admirable en ellos.

Sus líneas están repletas de personajes carismáticos, desde los rememoradores(Lemuel Gaumon, Camille Shivani), los Mil Hijos (Khalophis, Auramagna, Amon), los Lobos Espaciales (Onthere Wyrdmake) hasta los primarcas, Magnus y Leman Russ. Pero de todos ellos sin duda el papel principal le pertenece a Ahzek Ahriham, el Bibliotecario jefe de los Mil Hijos.

La historia inicia en un planeta sometido al Imperio Aghoru, donde los Mil Hijos junto a su primarca investigan una extraña formación, que termina siendo una entrada a la telaraña de los eldars, en este escenario llegan los Lobos Espaciales a reclamar la ayuda de su legión hermana en la conquista Alcaudón, en este planeta conocemos a los rememoradores, todos con habilidades psíquicas, vemos la organización de los Mil Hijos y vemos de primera mano los sentimientos e ideas de su primarca, después de una batalla improvisada y luego de haber perdido una oportunidad de oro con la entrada a la telaraña, los Mil Hijos acompañan a los Lobos en su conquista.

En Alcaudón, llegan los primarcas, Lorgar, Magnus y Russ y vemos las diferencias marcadas entre estos dos últimos, llegando incluso al punto de enfrentar sus legiones ya al fin de la conquista, debido a su diferencia de ideas de cómo someter un mundo.

Una joya del libro es el concilio de Nikaea, donde todas las legiones dan la espalda a los poderes psíquicos, donde cuando por un momento parece que Magnus obtendrá la razón gracias a su padre y todo se va por un agujero. Aquí vemos las primeras nociones de lo desmedido del orgullo de Magnus, de su hasta cierto punto infantilismo y la manera en que se encontraba ya en manos del caos sin saberlo. Otro punto interesante aquí es la aparente intransigencia y falta de miras del Emperador, quien da su última palabra y prohíbe a los bibliotecarios de manera tajante y al parecer en contra de toda la evidencia.

Ya acercándonos al final llegamos a Prospero, planeta natal de los Mil Hijos, conocemos sus historia, su forma de vida, nos enamoramos del paraíso que constituye. Lamentablemente asistimos también a la caída definitiva del Rey Rojo, y por ende de todos sus hijos. Nos horrorizamos de la manera en la que absurdamente trata de impresionar al Emperador, para ganar su perdón, contándole sobre la traición de Horus, y mientras lo hace destruye la labor del Emperador, condenado así a la humanidad al dejar listo el trono dorado para ser usado por el cadáver de su padre.

Finalmente en Prospero lloramos con la destrucción del planeta y todos sus habitantes a manos de los Lobos Espaciales, los Custodios y la Hermanas del Silencio, acompañamos a nuestros héroes a luchar contra estos desalmados invasores aunque su padre o ha dejado como precio a pagar por sus errores. Prácticamente toda la Legión de los Mil Hijos cae, siendo salvado un puñado por su primarca quien entrega su vida luchando contra el Rey Lobo, o eso parece.

Pues al a manera de Epilogo, los Mil Hijos llegan a un plantea demoniaco, donde su padre es ya un Príncipe Demonio y ellos están condenados a sufrir todo el peso del inmaterium en sus carnes, a menos que algo se hecho y ese algo será la rúbrica de Ahriham.

Durante todo el libro el bibliotecario jefe es protagonista principal, tanto de luchas, conjuros, recuerdos, debates y demás, es sin duda la verdadera identidad del libro, y quien la final condena y salva al mismo tiempo a sus hermanos astartes.


Sin duda es un libro que lo recomiendo mucho.

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