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Capítulo 10 El
“Paladín Blanco”.-
El inicio del
plenilunio blanco marcaba el comienzo de la tarea del Sol Blanco, igual que
sucedió en el anterior plenilunio, la luz blanca alumbraría la totalidad de
Ebyam, durante todo el día y la noche.
Era el momento
propicio para que el astro blanco, eligiera a su campeón, a la persona que
ayudaría a Cir Arminus en la empresa de salvar a la humanidad, con este
objetivo en mente, el Sol Blanco se dirigió al Reino del Sur, reconocido en
todo Ebyam como el opuesto complementario del Reino del Norte, pues la mayoría
de habitantes del sur eran bendecidos por la luz blanca.
El Sol Blanco sabía
exactamente a la persona que debía bendecir con el don de la magia blanca, el
ser mas compasivo y justo de todo Ebyam, una mujer llena de poder y belleza,
Neyra[1]
Divath regente del Reino del Sur.
Neyra Divath era
una mujer sumamente inteligente y bella, poseía una intensidad de magia natural
que sobrepasa en mucho a la de cualquier humano, era más poderosa que el mismo
Cir Arminus, era un ser prácticamente perfecto, pero a partir del fallecimiento
de su padre Cir Talos hace apenas un ciclo de vida, parecía haber perdido la
alegría y la fuerza de voluntad, si bien es cierto gobernaba el reino de una manera
muy acertada, nunca se la observaba reír, y las sus decisiones aunque siempre
correctas, las tomaba después de un exagerado análisis y consulta a sus
consejeros, sentía que le faltaba la fuerza y confianza que siempre le dio su
bien amado padre, no se acostumbraba a la partida de su progenitor, aunque
sabía que todo el pueblo la amaba y respetaba, no se veía a si misma como una
buena gobernante, y este peso en su alma la llevaba cada vez mas hondo en el
agujero de la tristeza, la soledad y la inseguridad.
El encuentro entre
Neyra Divath y el Sol Blanco no fue muy grato, Neyra Divath sintió miedo del
astro, tuvo el impulso de huir, sin embargo algo la detuvo una sensación de
profunda paz pronto la invadió, era la esencia divina de su sol actuando en
ella, amada hija, empezó el Sol Blanco, te he observado toda tu vida y eres la
más perfecta de entre todos mis hijos, la más poderosa, conozco el dolor de tu
corazón y déjame decirte que es infundado, tu padre siempre estará contigo,
dejo su esencia en ti, no puedes fallarle, fallándote a ti misma, debes
recuperar la confianza en ti misma, pues entérate que yo confió plenamente en
ti, motivo por el cual te he elegido como la portadora de mi magia serás la
mujer que enseñara al mundo el manejo de mi esencia, el manejo de magia blanca.
Neyra Divath, no
encontraba las frases adecuadas para responder a su dios, pero no hacía falta,
tanto el sol como su hija, sabían que el encargo había sido aceptado, el
cometido del Sol Blanco había sido cumplido, pero parcialmente pues consiguió
devolver la confianza a su hija, pero la alegría aún no entraba en el alma de
Neyra Divath.
En un lapso de
tiempo muy corto, inferior al que se tomó el Sol Rojo con Cir Arminus, Neyra
Divath aprendió el total control de la magia blanca, y así el Sol Blanco se
despidió de su hija predilecta, la que con el pasar del tiempo sería conocida
por todos los habitantes de Ebyam como el “Paladín Blanco”.
Una vez que Neyra
Divath aprendió la magia blanca, se dio a la tarea de encontrar hombres y mujeres
que puedan manejar este nuevo poder, y para fortuna de la humanidad la gran
mayoría del pueblo resulto ser apto para el manejo de esta fuerza, todos los
habitantes del Reino del Sur, tenían un potencial mágico muy alto.
Cuando había
transcurrido un cuarto del plenilunio blanco todos los discípulos de Neyra
Divath estaban listos para el correcto uso de la magia blanca, este grupo de
humanos, de magos blancos, recibieron el nombre de “Caballeros de la Luz”, con
una fuerza mágica muy grande, estaban decididos a ser quienes erradiquen la
amenaza tremon del mundo.
Nuevamente se
presentó el Sol Blanco a su paladín, y le dio el plan de acciones a seguir, le
dijo que debía enviar al Reino del Oeste a la mitad de sus magos, no más, pues
el resto debía quedarse cuidando la ciudad, que una vez que su contingente
llegue al Oeste, busquen a Cir Arminus el “Paladín Rojo”, y lo convenzan de ir
al sur, con la totalidad de los magos rojos y el pueblo del Oeste, nadie debía
quedarse en la ciudad, ni siquiera los magos blancos, pues una horrenda fuerza
asesina se acercaba a ellos y nada podían hacer para defenderse.
Neyra Divath,
entendió perfectamente las instrucciones del astro blanco, y envió a la mitad
de los “Caballeros de la Luz” al Oeste.
Al encontrarse el
Sol Blanco en la cúspide del plenilunio, llegaron al Reino del Oeste, los
“Caballeros de la Luz”, fueron recibidos con asombro en la ciudad, ninguna
persona en todo Ebyam conocían la existencia de tan peculiares y poderosos
magos, íntegramente vestidos de blanco, entraron en la ciudad del Oeste, fueron
recibidos por Cir Tysdral, a este le comentaron los designios del Sol Blanco,
el destino que le esperaba a su reino, este inmediatamente llamo a Cir Arminus
y le contó todo lo que había escuchado de los magos, una decisión debía ser
adoptada y lo más lógico era abandonar la ciudad y marchar al Sur.
Cir Tysdral no
tomaba decisiones a la ligera, analítico como siempre, opto por no abandonar la
ciudad, al menos no él, era necesario, quedarse, había que detener el avance
tremon, cualquier instante por mas pequeño que fuese este, les ayudaría a salir
ilesos a los habitantes de la ciudad y llegar al Sur. Así que después de un día
de deliberaciones comento su decisión a los magos blancos, todos debían salir
de la ciudad él detendría lo mas que pudiese el avance tremon, prácticamente
rogó a Cir Arminus para que aceptase su propuesta y este con todo el dolor de
su alma la aceptó.
No así Havyd, este
acompañaría a su rey hasta el último momento y por primera vez no estuvo de acuerdo
con su gobernante, entonces los planes cambiaron, Havyd con un grupo de magos
rojos y de habitantes, que se disputaron el honor de defender su pueblo
mediante un sorteo, se quedarían con su rey para defender la ciudad.
Lo magos blancos al
ver tanta entrega y valentía de lo magos rojos y de los habitantes del Reino
del Oeste optaron por no abandonar la ciudad, sintieron ese deseo en sus
corazones, debían defender tan magnífico reino no menos hermoso y fastuoso que
el suyo mismo, protegerían a Cir Tysdral como si se tratará de la mismísima
Neyra Divath, en tan poco tiempo llegaron a considerar como su Rey al
carismático y sabio gobernante del oeste, por tan magnifico hombre
desobedecerían al Sol Blanco, por defender las vidas de tan valientes personas.
Una semana después
de la llegada de los magos blancos al pueblo del oeste, Cir Arminus salía con
los magos rojos y habitantes del pueblo que no fueron favorecidos en el sorteo,
con el corazón adolorido y los ojos llenos de lágrimas se despedía de Cir Tysdral,
el hombre mas sabio y bondadoso que había conocido, el rey del Oeste, sabía,
sentía que esa era la última vez que vería a ese grupo de valerosos humanos, le
recordaba a su mismo pueblo, y finalmente entendió que su hermanos ahora eran
la totalidad de los pueblos de Ebyam, estaba dispuesto a dejar hasta la última
gota de sangre y sudo para salvar la humanidad, por primera vez tenía claro el
panorama y sabía lo que tenía que hacer, su misión era ayudar a salvar a la
humanidad de la amenaza de la Luna Negra en carnada en Drager el “Caudillo
Oscuro” y eso precisamente haría detendría a los tremons sin importar el
precio, entregaría su vida por salvar la de los suyos .
De esta manera
quedaron en el Reino del Oeste, Cir Tysdral, los magos blancos y Havyd a la
cabeza de los magos rojos y el pueblo, para defender su ciudad, conocedores que
se enfrentaban a una muerte casi evidente, pero albergaban la esperanza de que
la magia blanca sea lo suficientemente poderosa y tome por sorpresa a Drager,
convirtiéndose en un factor desequilibrante. Que equivocados estaban, porque
esta vez Drager no estaba dispuesto a dejarse tomar por sorpresa y mucho menos
con la guardia baja, esta vez el primogénito de la Luna Negra llevaría la
ventaja y sorprendería a los humanos con sus defensas bajas.
[1] Neyra es el equivalente femenino de Cir
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