lunes, 26 de noviembre de 2012

Rojo y Blanco, Capítulo XI

Indice

Capítulo 11 Elexno.-


Mientras su pueblo construía la ciudad de Lunari, como el “Caudillo Oscuro” bautizaría al anterior Reino del Norte, Drager ponía a prueba toda su inteligencia e imaginación, presentía, para el era un hecho la existencia de la magia blanca, por lo tanto debía anticiparse a este nuevo y desconocido poder, tenia que predecir y solventar con anterioridad los efectos y facultades que podían adquirir los humanos al manipular la luz del Sol Blanco.

Drager permaneció en paciente reflexión y análisis mucho tiempo, traía y desechaba ideas de su mente,  no permitiría que la luz blanca lastime a uno de los suyos o que le arrebate una victoria, no, no sería derrotado por nada ni por nadie, después de quince salidas del Sol Blanco, después de un absoluto aislamiento, pudo ver con claridad, estaba en capacidad de predecir el poder de la magia blanca y fundamentalmente sabía como combatirla, llegó el momento de ponerse a trabajar para contrarrestar el poder de sus enemigos.

Lo primero que ordenó el tremon supremo fue la construcción de un material, mas exactamente de cristal que sea capaz de reflejar la luz, que evite que los ojos de se vean afectados por la excesiva cantidad de luz recibida directamente desde algún punto, tenía que ser un cristal resistente, para soportar la presión incuso de una lanza arrojada por manos de un tremon.

Esta tarea fue muy sencilla para los obreros tremons, el cristal fue construido rápidamente y de acuerdo a especificaciones, era aislante y capaz de soportar grandes cantidades de calor y presión, el “Cristal Negro” como se lo llamó a este material fue colocado en todas las armaduras cubriendo la parte de los ojos a manera de antifaz, los herreros tremons cumplieron las ordenes de su líder eficaz y eficientemente cada armadura estaba cubierta con cristal negro.

Pero el cristal negro solo era la primera parte de la defensa de Drager en contra de la magia blanca, una parte aunque sencilla muy importante, pues si un guerrero no puede ver a su enemigo seguramente moriría.

El siguiente paso en el plan del primogénito de la Luna Negra era la obtención de un material sintético, un material muy especial tan singular como el antipyro, este material debía ser un aislante muy flexible y delgado, similar al cuero de un animal, pero mas mucho mas liviano, debía ser imperceptible al tacto, no debía interferir con la movilidad del que lo use.

Después de largas jornadas de estudio e investigación los científicos tremons consiguieron sintetizar un material que cumplía las exigencias de Drager, este material tan único recibió el nombre de “Elexno”, pronto se construyó gran cantidad de Elexno, el cual era similar a una tela transparente sumamente delgada.

Igual que con el cristal negro, todas la armaduras de antipyro fueron forradas por dentro de elexno, lo increíble era que el elexno parecía no encontrase dentro de la armadura, pues no aumentaba ni su peso,  ni la temperatura al interior, y mucho menos interfería con los movimientos de quien utilizaba la armadura, de manera similar que con las armaduras los vehículos tremons fueron forrados con mucho minuciosidad de elexno interiormente, para evitar cualquier daño en los artefactos de transporte de las fuerzas de ataque.

Drager se sentía gozoso y muy satisfecho, estaba muy confiado sabía que podría enfrentarse a la magia blanca y vencerla, los humanos no podían ni imaginarse lo que les esperaba, serían golpeados rápida y mortalmente sin oportunidad alguna de defenderse, incluso la magia ya no les serviría de nada, cada vez la victoria tremon era mas evidente y la destrucción de la humanidad estaba mas cercana, Drager se regocijaba en su ingenio y en el de su pueblo.

Al transcurrir casi la mitad del plenilunio blanco, Lunari estaba terminada era una ciudad magnifica, fastuosa, superior en belleza y riqueza a cualquier reino humano, era un tributo a la Luna Negra un recordatorio del inmenso poder tremon, de lo superiores que eran estos a los humanos, al menos así lo veía Drager.

Al fin el ejército tremon estaba preparado, el armamento de igual manera, era el momento de seguir avanzando, de continuar la erradicación de los humanos de la faz de Ebyam.

El ejército tremon salió de Lunari rumbo al Reino del Oeste, Drager estaba ansioso deseaba probar sus nuevas armaduras, quería ver la expresión de los humanos al notar que su magia no sirve de nada en contra de la astucia y fortaleza tremon, como disfrutaba el “Caudillo Oscuro” al imaginar la expresión de desazón y terror en los rostros de los humanos a los que iba a destruir, nuevamente sentía que no había fuerza capaz de oponerse a los designios de su creador, de madre, de la Luna Oscura, nadie podía enfrentarse a él pues era el predilecto de esta divinidad.

El tiempo avanzaba inexorablemente y para desgracia de los hombres y mujeres que estaban en el Reino del Oeste, Drager se acercaba a pasos agigantados, el tiempo se estaba terminando, Cir Tysdral organizaba a sus magos de la manera más inteligente, no deseba que los tremons se acerquen demasiado a la ciudad, tenia que detenerlos en las afueras, por lo cual construyo una serie de trampas para hacer inservibles los vehículos tremon, así obligaría a que los soldados avancen a pie, también preparó árboles y rocas para golpear a los soldados que avancen por la ruta hacia la ciudad, los magos blancos tenían que ser ingeniosos debían golpear ahorrando su energía, la magia no debía ser desperdiciada, al menos no si deseaban sobrevivir a su encuentro con los tremons, porque era muy bien conocida la frase “si pierdes poder con el  pierdes la vida”, esta frase llenaba la mente de cada mago.

La ciudad del Norte fue rodeada en su totalidad por un lago, se construyó un puente levadizo para comunicar la ciudad con el exterior, este puente evitaría que los tremons ingresen a la ciudad, además el agua del lago artificial ayudaría a los magos a defenderse, se tallaron una serie de rocas para construir inmensos espejos y se los coloco por toda la entrada al reino, estos espejos tenían el propósito de intensificar la luz blanca del sol.

Havyd y los magos rojos por su lado recolectaban inmensas cantidades de rocas, que serían utilizadas para golpear a Drager y todos los hijos de la Luna Negra, si bien es cierto el poder del fuego no podría ser utilizado en esta batalla, al menos se podía utilizar el poder natural de todos lo humanos y los magos rojos tenían este poder a un nivel superior mas allá que cualquier otro ser en Ebyam.

Todo parecía estar listo, el Reino del Oeste sería un duro rival a pesar de no encontrarse con todos sus integrantes, Cir Tysdral, aparentaba confianza, no podía causar mala impresión a sus hombres estos debían verlo fuerte, tenían que confiar en sus fuerzas si realmente querían una posibilidad de supervivencia, pero había algo, algo preocupaba profundamente al gobernante del Oeste, no conocía personalmente a Drager el líder de los tremons, pero en base a todo lo que había escuchado y lo que le había contado Cir Arminus, sin duda alguna era un rival demasiado astuto y sanguinario, lo mas probable era que ya se encuentre enterado de la existencia de la magia blanca, pues era algo apenas lógico si en plenilunio rojo hay magia roja, obligadamente en plenilunio blanco debía existir magia blanca, y si él había conseguido razonar esto, cuanto más Drager quien vivía para luchar y sabía anticiparse a sus enemigos tal como paso en el Reino del Norte, pero existía la posibilidad de que el “Caudillo Oscuro” no espere todo el poder y las facultades de un “Caballero de la Luz”, tampoco se esperaría una resistencia desde la afueras, sin duda esta sería una batalla diferente, tenía que ser una batalla inteligente, controlada por los humanos, porque de no ser así el Reino estaba condenado y con ello poco a poco se extinguían las posibilidades de supervivencia de la humanidad. Tantas y tantas ideas y malos presagios se cruzaban por la cabeza de Cir Tysdral que este se encontraba en un estado de total cansancio, sin embargo el mismo dirigía a lo hombres y se mostraba siempre optimista para todos, salvo para uno, para Havyd, el líder de los magos rojos del Oeste, sabía que la actitud del rey no era normal, se encontraba profundamente preocupado, pero el se encargaría de luchar por su rey, por su pueblo hasta el último, les costaría caro a los tremons la osadía de acercarse al Reino del Oeste.

Cuando tres cuartos del plenilunio blanco habían transcurrido, Drager y su ejército vieron la ciudad del Oeste, de pronto el olor a guerra empezó a esparcirse por todo el horizonte, se acercaba la hora de una nueva batalla, nuevamente humanos y tremons se enfrentarían en la guerra dictaminada por la Luna Negra, ninguno de los dos bandos se encontraban totalmente preparados para enfrentar al otro, a quien le sonreiría la victoria en esta ocasión.

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