lunes, 10 de diciembre de 2012

Rojo y Blanco, Capítulo XIII

Indice

Capítulo 13 Divath y Arminus


Imagen tomada de aquí

Tiempo antes del fin del plenilunio blanco Cir Arminus y todos los magos que salieron del Oeste arribaron al Reino del Sur, a pesar de lo preocupante de la situación los recién llegados fueron recibidos con mucha euforia y alegría por los habitantes del reino, nuevamente no hubo celebración el tiempo apremiaba sin nada que decir o hacer, los magos blancos llevaron a Cir Arminus y a los “Señores del Fuego” ante la presencia de la gobernante del Sur Neyra Divath.

La impresión que recibieron los paladines uno del otro fue muy grata Cir Arminus vio a Neyra Divath como una mujer joven sumamente hermosa, de actitud serena y calmada, confiada de si misma, con un poder y potencial para la magia que superaba en mucho lo que el hubiese imaginado, en cambio el “Paladín Rojo” si bien es cierto a primera vista era un hombre de mediana edad común y corriente, al detenerse a observarlo un poco más a fondo se podía percibir su gran fuerza de carácter, así como su entrega, coraje y decisión, fue eso justamente lo que observo y admiró Neyra Divath del ya legendario Cir Arminus el “Paladín Rojo”.

Sin tiempo que perder no hubieron formulismos, ni rodeos, Neyra Divath abordó el tema de la guerra entre tremons y humanos de manera directa y frontal, le informo a Cir Arminus de todo lo que el sol blanco le dijo y enseño, puso a su disposición la totalidad de sus “Caballeros de la Luz”, ella al igual que el resto de personas que aún sobrevivían en el mundo, tenía la firme certeza y convicción de que el los conduciría a la victoria definitiva sobre los hijos de la Luna Negra, ella misma se ofreció a obedecerle y seguirle hasta el final, sin importar lo que los soles les tenían preparado.

Cir Arminus no pudo menos que sentirse profundamente halagado y comprometido por la actitud tomada por la gobernante del Sur, sin embargo la situación no era tan sencilla, la guerra no se podía ganar con la intervención y dirección de un solo hombre sin importar lo poderoso o inteligente que este fuese, la situación estaba muy clara para el “Paladín Rojo”, para lograr derrotar a los tremons se necesitaba el trabajo conjunto de todos los humanos que todavía respiraban y pisaban el suelo de Ebyam, en base a este conocimiento y entendimiento llegó el turno de Cir Arminus para hacer conocer su posición, le hizo saber a Neyra Divath que el solo no podría dirigir el ejército humano en contra de los tremons, pues estos eran muy fuertes y sobretodo astutos, si en verdad la victoria tenia que ser de los humanos, necesitaría la intervención directa de ella, pero no como un mago más, sino como una dirigente, como su apoyo mostrando la condición de ser la persona, la maga mas poderosa que existía en todo el mundo.

Todo el panorama se desmoronó en un momento para Neyra Divath, ella era conciente de su gran poder, no tenia porque negar lo obvio, era hasta el momento la persona mas poderosa e instruida en la manipulación de la magia, sin embargo no se sentía capaz de asumir la responsabilidad compartida de la dirección del ejército humano, no podía hacerlo, desde un tiempo atrás, mas exactamente desde que su padre murió, ya no era la persona confiada y segura en si misma de antaño, a pesar de que el Sol Blanco le devolvió gran parte de la confianza en si misma, nunca pensó ella en asumir la responsabilidad de la salvación de la humanidad, podía morir sin temor luchando contra los tremons, pero de luchar y exponer la vida propia, a dirigir y exponer la vida de los suyos había una gigantesca diferencia.

El cambio de actitud de la Neyra del Sur fue demasiado evidente, pero Cir Arminus no estaba dispuesto a permitir que el “Paladín Blanco” se desmorone antes de siquiera empezar la lucha, así que prosiguió, le hizo ver lo importante que era ella en el plan de los soles, usó todos los argumentos posibles para hacerle ver y entender que el solo no podía asumir la responsabilidad de la dirección del ejército de magos, sin contar con el hecho de que el no tenía ningún conocimiento de la magia blanca, le repetía constantemente que sin ella no era posible la victoria, pero nada parecía funcionar, nada de lo que decía el “Paladín Rojo” hacia reaccionar a Neyra Divath, como deseaba que en ese momento se encontrase Cir Tysdral sin duda alguna el con su gran sensibilidad y conocimiento de las personas hubiera podido ingresar en la mente y en el corazón de aquella tan hermosa mujer.

A punto de darse por vencido se encontraba Cir Arminus, hasta que dijo algo que tocó una fibra sensible de Neyra Divath, pues lamentó la casi segura perdida del Reino del Oeste a manos de los tremons, hasta ese momento la gobernante no se había percatado que no todos sus magos habían regresado, profundamente consternada y preocupada averiguo lo que pudo de sus valerosos hombres y lo único que pudo responder el “Paladín Rojo” fue que el señor del Oeste Cir Tysdral se había quedado en sus tierras con algunos magos rojos y otros tantos blancos, con el fin de permitirle escapar de una muerte casi segur a mano de los tremons y darle la oportunidad de organizarse adecuadamente en las tierras del sur, formar un ejército de magos blancos y rojos que puedan hacer frente y detener el avance tremon.

Algo explotó en el interior del “Paladín Blanco” no podía creer lo que estaba sucediendo, el horror de la guerra había golpeado a sus hermanos, por fin reaccionó, entendió que no podía, no debía estar en una posición de autocompasión cuando la supervivencia humana estaba tan amenazada, volvió a recuperar todo la confianza y empuje que había tenido oculto durante el último ciclo de vida, tan radical fue el cambio de actitud, que de permanecer escuchando y excusándose, pasó a tomar las riendas de la conversación, lo primero que dispuso, de manera que dejó a Cir Arminus sin posibilidad de reacción, fue que todos los recién llegados, incluido el “Paladín Rojo”, debían comer y descansar, pues desde la nueva salida del Sol Blanco, se iniciarían los preparativos para librar la última y definitiva batalla por la supervivencia de la raza humana.

Cir Arminus a pesar de la gran sorpresa que se llevo, acató con premura las disposiciones de Neyra Divath, no deseaba contrariar la voluntad de tan magnificente dama, es más se sentía realmente feliz de ver la energía y decisión que imprimía a cada palabra tan delicada mujer, se sorprendió a si mismo admirando no solo la gran belleza sino también la decisión de tan sublime criatura, estaba realmente convencido de la sabiduría de los soles habían elegido muy bien a la persona que junto a el lucharía para detener de una vez por todas las malignas ambiciones de la Luna Negra y sus bestiales hijos, les agradecía a sus creadores el haberle permitido conocer a la reina del Sur la mujer mas bella que el jamás había visto en su vida.

En el Palacio de Cristal como se denominaba el palacio del Sur, se celebró una gran y suculenta cena en honor a Cir Arminus y todos los magos rojos, todo el pueblo celebró esa noche, todos se sentían realmente gozosos de la llegada del “Paladín Rojo” a su pueblo, pues no solo les traía esperanza, sino que también había devuelto la fuerza y la confianza a su reina, todo esto era motivo más que suficiente para celebrar.

Durante la cena Neyra Divath converso largo rato con Cir Arminus, la platica era fluida y muy gratificante, se sentía muy bien al escuchar las palabras de tan altruista hombre, nunca pensó que podía existir un ser humano tan entregado a los demás, tan desprendido, eso y mas era precisamente el “Paladín Rojo”, definitivamente disfrutaba la companía de tan único personaje, internamente al igual que su homologo agradecía a los soles el haberles permitido conocerse a pesar de lo crítico de la situación y por un momento se imaginó a si misma con ese hombre en tiempos anteriores cuando sonreía y era feliz, ese hombre la hubiera llenado cada momento con sonrisas y flores, pero pronto borro esas imágenes de su mente pues el pasado era eso precisamente, ahora solo importaba el futuro, la salvación de sus hermanos, los humanos que restaban en Ebyam.

La noche avanzó y los paladines pudieron conocer algo uno del otro, de esta forma llego la hora de despedirse, pues mañana empezarían los preparativos para la defensa de la raza humana. A pesar de lo hermoso de la velada, algo dejo consternado a Cir Arminus, si bien es cierto la platica fue muy sincera y placentera, desde que llegó al sur, no había visto dibujada ni una sola sonrisa en el bello rostro de Neyra Divath, este particular lo dejo muy pensativo, se puso a si mismo como parte de su misión sacarle una sonrisa a tan fascinante mujer.

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