miércoles, 13 de febrero de 2013

Rojo y Blanco, Capítulo XXII

Indice

Capítulo 22 Esperanza renovada


Tres cuartos del plenilunio rojo habían transcurrido y una amarga felicidad se respiraba en el Reino del Sur, ningún ser humano podía evitar el sentirse gozoso, la victoria había sido alcanzada todos los esfuerzos fueron recompensados y todos los habitantes que todavía poblaban Ebyam pensaban que el fantasma amenaza tremon pertenecía ya a la historia.



Por otro lado todos los habitantes del Reino del Sur lamentaban la situación de los paladines, si bien es cierto se encontraban vivos, ninguno de los dos parecía salir del estado de inconciencia en el que se encontraban.

Neyra Divath por un lado ya no presentaba heridas físicas los curanderos habían sanado totalmente su cuerpo, sin embargo no presentaba ningún signo de mejoría, nadie lo entendía, era una mujer fuerte, las heridas fueron graves, pero era definitivamente capaz de soportar eso y mucho más, porque no se recuperaba era la pregunta que atormentaba a todos.

La situación de Cir Arminus era totalmente diferente, su cuerpo recibió demasiado daño, su energía había sido drenada casi totalmente durante la batalla, era un verdadero milagro que todavía continúe respirando, solo la gracia de los soles podía arrebatárselo a la muerte, pues nadie podía hacer mucho para mejorar su situación solo restaba esperar y confiar en la fuerza de voluntad del “Paladín Rojo”.

En estado de inconciencia la mente de Cir Arminus deambulaba en algún sitio desconocido por los humanos, se atrevía a pensar que se encontraba muerto, sin embargo existía algo que alejaba esa idea de su mente, entonces en donde se encontraba, porque definitivamente no estaba en Ebyam, en aquel lugar que lo nombro “Vacío de Realidad” tuvo el suficiente tiempo como para reflexionar acerca de sus acciones, estaba convencido de que la humanidad se salvo si existía alguien capaz de detener al temible Drager esa era el “Paladín Blanco”, para analizar sus sentimientos, en medio de esa soledad y paz lo vio, por fin aceptó que sus sentimientos hacia Neyra Divath iban mucho mas allá de la simple admiración y respeto, aunque el hubiera ofrendado la vida por cualquier hermano mago, cuando vio en peligro la vida de esa mujer admirable no lo pensó, ni dudó, únicamente actuó, prefería morir él a ver padecer dolor al “Paladín Blanco” en medio de estas ideas salto la palabra que nunca había rondado su mente, mucho menos su corazón, la amaba, esa frágil y en extremo poderosa mujer era la poseedora de sus anhelos, estaba permanentemente en él, pero fue demasiado cobarde como para admitirlo, mucho mas como para presentarle sus sentimientos, tal vez no podría hacerlo nunca, este pensamiento le recorrió el alma como una ráfaga de viento helado, no sabía como, pero debía ver una vez mas a Neyra Divath para expresarle sus sentimientos.

El “Paladín Rojo” pasaba su tiempo divagando sobre lo que haría apenas tuviese en frente a Neyra Divath, paso mucho tiempo en ese estado hasta que una cálida mano en su hombro lo sacó de sus cavilaciones, al levantar la mirada no lo creía, nunca había visto a esa mujer, pero la conocía ,sabía a la perfección quien era, se trataba de la mujer que le devolvió la vida, quien se sacrificó para darle la oportunidad de sentir nuevamente en su cuerpo el calor de los soles, era la “Dama de la Vida”, sin decir una palabra se arrodillo y beso la mano de tan grácil mujer, lady Haznarepse con una hermosa sonrisa pintada en el rostro le pidió que se levantase, debían hablar, Cir Arminus así lo hizo no sin antes brindarle una elegante reverencia.

Sin animó de ser irrespetuoso Cir Arminus inició el dialogo, mi lady no sabéis lo mucho que ansié el día de poder veros para poder agradeceros el sacrificio que realizasteis en mi nombre, me devolvisteis a la vida, una vida que me resultó muy gratificante pues no solo he tenido la oportunidad de luchar por mis hermanos, sino que gracias a la voluntad de los soles pude conocer a la mujer mas grandiosa de la faz de Ebyam, manteniendo la sonrisa en su rostro lady Haznarepse respondió, mi lord no hay nada que agradecer pues únicamente cumplía la voluntad de nuestros creadores, sabéis perfectamente lo importante que sois para la humanidad, la gracia de vuestra nueva vida también estaba en los planes de los soles si no fuese por vuestro sacrificio la humanidad no se hubiese salvado, pues con el trabajo conjunto de los paladines un nuevo tipo de magia a sido descubierta, en cuanto a vuestros sentimientos tenéis que afrontarlos, pero el tema que me ha traído a este lugar es el comunicaros que la amenaza de la Luna Negra no ha desaparecido al contrario se ha incrementado, es imprescindible que volváis a Ebyam, que preparéis nuevamente a la humanidad para enfrentar un peligro superior, mi lord debéis despertar, con esta palabras lady Haznarepse desapareció y el “Paladín Rojo” empezó a sentir como su esencia regresaba a su cuerpo.

El regreso a la realidad no fue lo que esperaba Cir Arminus pues descubrió lo doloroso de seguir con vida, cada parte de su cuerpo le producía dolor, tenía una enorme herida en el hombro, se sentía extremadamente débil, pero a pesar de esto se encontraba inmensamente dichoso, seguía vivo los soles le daban la oportunidad de mirar, de hablar nuevamente con Neyra Divath, al verlo con los ojos abiertos los magos que cuidaban al “Paladín Rojo” se sorprendieron agradablemente salieron inmediatamente de la habitación para divulgar la buena nueva de su recuperación, para cuando regresaron con un número considerable de acompañantes, Cir Arminus ya se encontraba sentado en el borde de su catre, todos le pidieron que siguiese descansando, pero este haciendo caso omiso de las palabras de sus hermanos, preguntó con gran ansiedad en su voz por Neyra Divath, tenía que hablar con ella urgentemente, uno de los recién llegados se vio en la penosa obligación de comunicarle que lamentablemente su gobernante no recuperaba la conciencia desde que finalizó la batalla, muy consternado Cir Arminus pidió que le condujesen ante ella, ninguno de los presentes pudo objetarse y así lo llevaron a los aposentos de Neyra Divath.

Una vez frente a Neyra Divath Cir Arminus pidió que lo dejasen solo, se arrodilló junto a ella, se sorprendió a si mismo admirando la belleza de tan radiante criatura, parecía que estaba durmiendo, con el rostro angelical como era costumbre en ella, se acercó, empezó a susurrarle al oído, con lágrimas en los ojos le imploraba que no se dejase vencer por la muerte, le decía y ratificaba que la necesitaba no solo para enfrentar a la Luna Negra y salvar a la humanidad, sino también para seguir vivo, para alcanzar sus sueños, le contaba que él había regresado del mas allá exclusivamente por ella, viendo esta escena el Sol Rojo aparecía y volvía a esconderse, varios días pasaron y el “Paladín Blanco” no daba respuesta alguna a las suplicas del “Paladín Rojo”, aunque el podía asegurar que en instantes parecía dibujarse una sonrisa en el relajado rostro de tan hermosa mujer.

Cir Arminus no se separaba de la gobernante del sur ni por un segundo no quería alejarse ni un solo instante de ella, sentía que si permanecía a su lado se recuperaría, así que se dedicó a conversar con ella, aunque nunca recibía respuesta, le comentaba sus planes para el nuevo entrenamiento de los magos, apenas el estuviese en condiciones iniciaría la nueva instrucción de los magos y le pedía que se recuperase, pues sin ella ninguna acción que tomase tendría un sentido completo.

En uno de los días cercanos al fin del plenilunio rojo, el Sol Rojo sorprendió a Cir Arminus dormido a los pies de Neyra Divath, hubiese sido un día como los anteriores de no ser por el hecho de que por fin el “Paladín Blanco” abrió los ojos, al recuperar la conciencia se sentía en buenas condiciones físicas aunque un poco cansada, sentía que despertaba de un sueño, mas bien de una pesadilla en la que veía morir al “Paladín Rojo”, cuando recuperó completamente la conciencia recordó la batalla, el sacrificio que realizó este para salvarle la vida, recordó el motivo por el cual no quería regresar a la realidad, pues sin ese hombre admirable todas las cosas habían perdido importancia, se aprestaba a dejar caer cristales de sus hermosos ojos cuando al intentar levantarse vio y sintió el cuerpo de alguien a sus pies, no lo podía creer era el mismísimo Cir Arminus se encontraba vivo y sobretodo junto a ella, tan emocionada se encontraba que lo despertó con un fuerte abrazo, este al abrir los ojos se encontró con la visión as grandiosa vio el rostro de su adorada Neyra Divath adornado con una inmensa sonrisa, al igual que ella la abrazó, ni una sola palabra dijeron, los dos conocían perfectamente sus sentimientos, ya no le darían vueltas al asunto, deseaban estar juntos y así lo harían.

Los dos paladines salieron de la habitación de la gobernante del sur mientras caminaban por el hermoso jardín del palacio charlaban acerca de la nueva amenaza que pesaba sobre la humanidad, de la imperiosa necesidad de iniciar una nueva instrucción, de encontrar un nuevo poder capaz de detener definitivamente a los tremons, una vez terminada la platica, se dirigieron al balcón del Palacio para ese entonces todos ya comentaban la noticia de la recuperación de Neyra Divath, lo que no esperaban eran las noticias del eminente nuevo ataque tremon.

No hay comentarios:

Publicar un comentario