Capítulo 3 Reminiscencias del Pasado.-
Drager se vio a si mismo enfundado en su armadura negra ordenado el avance de sus tropas, nuevamente sentía ese odio, esa aversión que profesaba por los humanos, recordó el deseo de asesinar que habitaba su ser, evocó el deseo que crecía por beber de la sangre de Cir Arminus y Neyra Divath, estos recuerdos lo hicieron marear, sintió un lacerante dolor en su interior, el odio que otrora lo alimentaba, en esta ocasión al ser despertado parecía querer terminar con su vida, el ya no era ese mismo ser lleno de rencor, no podía sentir odio, aunque lleno de dolor siguió rememorando aquel día.
Nuevamente observó su ejército avanzando contra la ciudad del Este, sintió la ansiedad ante el fragor de la guerra observó como las flechas negras atravesaban a los magos humanos, en esta ocasión no sintió placer al ver morir a los magos, sintió su dolor como propio, sentía morir al recordar que se satisfacía en esta carnicería sin sentido, veía el cielo cubierto de rocas incandescentes y de rocas negras, llegó al momento en el cual observó el fuego blanco maximizado, rememoró el placer que se apoderó de su ser al pensar que esa era la última arma mágica de los humanos.
Otra vez estaba en su cuerpo guiando a los suyos, inspirándolos a soportar el embate del fuego blanco maximizado, volvió a sentir la desesperación que lo invadió cuando llegó la nube anaranjada que desintegraba las armaduras negras como si de vapor de agua se tratase, la rabia recorría sus recuerdos, volvió a advertir a Piedad totalmente concentrada en lo alto de la torre central imponiendo sus manos en el cuerpo de RA-Del para conseguir lo que los humanos denominaban “Proyección”, observó como Cir Arminus y Neyra Divath se desangraba a si mismos para verter su sangre sobre Piedad, nuevamente vio como la sangre no manchaba el cuerpo de Piedad sino que era absorbida por el aura anaranjada que la cubría.
Por segunda ocasión pudo ver a los suyos sin poder moverse libremente gracias a la acción de la nube anaranjada o “Proyección”, también volvió a sentir el gran amor de su creador al notar que su espada era capaz de librarlo del influjo del hechizo humano, de nuevo corrió llenando su mente con el anhelo de terminar con la vida de Piedad para evitar siga generando la nube anaranjada, observaba a los suyos caer presas de las espadas mágicas humanas, así como también victimas de los conjuros mágicos, corría rumbo a la torre central al tiempo que cegaba vidas humanas sin darles la mas mínima importancia, por fin llegó a la torre.
Una vez en la torre, encontró los cuerpos casi sin vida de Cir Arminus y Neyra Divath, victimas del desangre auto propiciado, ahí frente a el se encontraba un RA-Del básicamente desaparecido, sangrando por cada poro de su cuerpo, también se encontraba una Piedad sumamente concentrada y cansada, ambos luchando como uno solo, dispuestos a morir, a sacrificarse por salvar a los suyos, el al igual que sus enemigos no dudaría en morir para lograr su objetivo de imponerse en la batalla, con su espada negra en mano se abalanzó sobre RA-Del, lo atravesó limpiamente sin causarle ni un pequeño rasguño, sintió como su espada se incrustaba en Piedad aunque levemente, su espada se llenaba de sangre, sangre que pertenecía tanto a Piedad como RA-Del, se desesperó, incluso se asustó al notar como la espada negra absorbía la sangre de sus enemigos.
De pronto una fuerza desconocida lo arrojó lejos, mientras caía se percató que Piedad y RA-Del también eran expedidos por los aires debido a la fuerza inexplicable que empezó a emanar de su espada negra, un rayo plateado iluminó todo el lugar cegándolo por unos instantes, el rayo se dirigía directo al cielo, ahí desapareció, el rayo se perdió para su alivió, cuando intentaba incorporarse para asir su espada, fue impactado por el haz de luz plateada, en esta ocasión provenía de los cielos, mientras caía al suelo sumido en la inconciencia apreció como todo a su alrededor estaba siendo lleno por el aura plateada.
En el lapso en cual permaneció inconsciente, percibió su cambio ya no era el mismo, no sentía rencor, el odio había desaparecido, entonces ante el se apareció su madre, pero era distinta no estaba ataviada de negro como siempre, en esta ocasión estaba vestida de plateado, irradiando un halo de carisma desconocido por él hasta ese entonces, su madre le habló, le pidió perdón por haberlo obligado a iniciar una guerra de consecuencias catastróficas, le agradeció por haber roto el influjo de las sombras sobre ella, también le entregó su espada, pero esta ya no era negra, ahora era plateada, le dijo que esta arma era la personificación de su cuerpo, como el lo era de su alma, que espada y dueño serían uno, le mencionó que la espada tendría vida propia, que recibía el nombre de “Ñiumpal”, la espada de plata mística, le aseguró que Ñiumpal siempre lo protegería, que nunca lo dejaría como ella jamás abandonaría a sus criaturas.
Al sentir a Ñiumpal en sus manos Drager despertó sintió el aire en su rostro como nunca antes lo había hecho, veía el mundo con otros ojos, inmediatamente se incorporó corrió hacia Cir Arminus y Neyra Divath, llamó a algunos de sus hermanos que se encontraban recuperándose, le pidió que despertasen a los magos humanos alguno de ellos debería poder curar la heridas de sus señores, inmediatamente uno de los suyos de nombre Xicer llego a la escena con dos curanderos humanos Nael y Amaro quienes se hicieron cargo inmediatamente de los heridos, el por su parte observó a Piedad ya recuperada, esta se encontraba llorando sobre RA-Del este parecía muerto, no reaccionaba, respiraba con gran dificultad, su pulso era imperceptible, mientras se acercaba notó como Piedad sacaba del cuello de RA-Del algo, no le dio demasiada importancia lo primordial era llevar al herido a buen recaudo necesitaba ser curado, en el campo de batalla todos enemigos y amigos se ayudaban a recuperar, el anterior odio había desaparecido, no existía mas esa rivalidad, todos parecían haberse despertado de un mal sueño.
Apenas Drager llevó a RA-Del ante los curanderos humanos, pidió a los médicos tremons que ayudasen en todo lo que pudiesen, mientras impartía sus ordenes, vio como Piedad caía presa del cansancio.
Varios días transcurrieron, en el Este todo estaba mejorando, Cir Arminus, Neyra Divath, Piedad, humanos y tremons estaban repuestos, únicamente RA-Del seguía en estado delicado, el cambió en el mundo era evidente a Drager le invadió la ansiedad por saber que sucedió con los suyos, entonces los humanos decidieron ayudarle, todos realizaron un conjuro de transportación, uno que los llevaría a la Montaña Perpetua, en un abrir y cerrar de ojos los humanos que realizaron el hechizo, Drager y sus generales Micer, Tracer y Sader llegaron a su hogar, no lo podían creer la montaña había desaparecido su lugar estaba siendo ocupado nuevamente por el Mar Interno, cuando los tremons iban a ser presas del dolor y la frustración observaron una serie de carpas todos sus hermanos se acercaron, Drager con la emoción latente pregunto que como pudo ser posible como se salvaron, de entre sus hermanos salió una mujer tremon de gran belleza, mi nombre es Cater señor, se presentó, en un fenómeno nunca antes visto una semana atrás ante nuestros pies la montaña perpetua desapareció, parecía que todos estábamos condenados a una muerte inevitable, de repente una extraña fuerza nos envolvió a todos, esta energía habló diciendo que se llamaba Us’ Aretama, el sol púrpura, que no podía permitir que ninguna criatura del planeta pereciera, nos pidió, que esperáramos por vos, que vendrías y que con vuestra llegada se marcaría el inicio de una nueva era, la era de la alianza humana-tremon, al escuchar todo esto Drager se arrodillo y elevó una plegaría de agradecimiento al sol, le aseguró que no lo defraudaría que el tiempo del rencor había terminado, que defendería a los humanos como a los suyos, pues ahora por su gracia todos eran hermanos.
Los magos humanos y tremons permanecieron algún tiempo en las inmediaciones del mar interno, Cir Arminus, Neyra Divath y Drager mantuvieron algunas reuniones de las cuales firmaron acuerdos de mutua cooperación acordaron otorgar a Drager los territorios del Norte conocido como Lunari, para los humanos serían las tierras del sur o Efenia, así también decidieron construir una ciudad ceremonial en el antiguo reino del Oeste, nadie se acercaría al reino del Este ahí se había derramado demasiada sangre, era mejor evitar ese lugar en el cual las dos razas estuvieron apunto de destruirse mutuamente.
Firmados los acuerdos más por formalismo que por otra cosa, los tremons partieron rumbo al norte y los humanos regresaron al Este para recoger a todos los que quedaron, indicaron a los tremons que debían marchar al norte que su líder ahí los esperaría, y todos los humanos se dirigieron al Sur, el momento de la reconstrucción del mundo había llegado.
El nuevo ciclo de vida púrpura no llegaba ni a su cuarta parte cuando a Efenia llegaba Drager con una delegación, traían una serie de artefactos para ayudar a reconstruir el devastado Reino del Sur, fue recibido con gran algarabía, tremons y humanos reconstruyeron Efenia, se levanto nuevamente el Palacio de Cristal, en esta ocasión uno mas grande y fastuoso que el anterior, las caravanas de comercio iniciaron salían humanos hacia Lunari y llegaban tremons al sur.
Drager puso especial énfasis en la construcción de un edificio en particular uno que había solicitado Cir Arminus, era un edificio que contaba de dos torres gemelas, serían las escuelas de los magos, una torre para los magos guerreros cuyos máximos exponentes serían Rotreb y Steuma y la otra torre para los magos esenciales, cuyo mayor exponente era Piedad, pero esta no se encontraba en condiciones de dirigir, ni de instruir a nadie se encontraba noche y día pendiente de RA-Del quien no se recuperaba, el tiempo avanzo y el sol púrpura se encontraba en el cenit del cielo indicando que la mitad del solsticio púrpura había concluido.
Por estos días se celebró la boda de Cir Arminus y Neyra Divath, fue una ceremonia sencilla pero sumamente hermosa, los padrinos fueron Drager y Piedad, la cual se negaba, pero la gran insistencia de Neyra Divath pudo doblegarla, todos estuvieron invitados, muchos tremons llegaron del norte, Efenia se encontraba engalanada, Drager hizo erigir a sus obreros una estatua de plata mística y joyas del norte en la plaza central conmemorando el acontecimiento y como regalo de bodas, Drager recordaba que Neyra Divath estaba muy linda aunque no recordaba muy bien los detalles, no recordaba los atavíos de los novios, ni la decoración de la iglesia, pero recordaba perfectamente a Piedad, lucia hermosa pero abatida, vestida con un delicado vestido celeste sin mangas, recogida su cabello mostrando su rostro en todo su esplendor, recordó también que en esa ocasión le notó por primera vez la piola verde en su mano y recordó que era ese pequeño objeto lo que ella había retirado del cuerpo de RA-Del aquel día en que finalizaron las hostilidades, al recordar ese día nuevamente el dolor le golpeó, se sentía culpable por el estado de RA-Del y como consecuencia del mismo de la pena de Piedad, era extraño no le gustaba verla apenada, era inexplicable.
Mientras llenaba la mente de recuerdos e ideas, fue sacado de sus cavilaciones por una melodiosa vos, era Piedad, quien había sentido su pesar, parecía que ella lo había acompañado en su pequeño viaje al pasado, esta regalándole un palmadita le pidió que no se aflija, que nada era culpa de él, RA-Del se recuperaría solo había que confiar en la voluntad de los dioses, así llegó la media noche y por ende el fin de las festividades, todos los presentes se despidieron, debían descansar antes de iniciar el viaje de regreso a sus respectivos pueblos.
Drager acompaño a Piedad hasta su carpa ahí se despidió galantemente deseándole que descanse placidamente, mientras ella se alejaba, decidió no regresar a Lunari no aún necesitaba visitar a RA-Del, debía verlo personalmente, convencerse a si mismo que se recuperaría no soportaría que este muriera.
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