Capítulo 20
Derrota
Imágen tomada de aquí
La batalla en el
sur estaba tomando un drástico giro, los magos tenían el control de la
situación, la mayoría de sus enemigos se encontraban ya desprovistos de sus
defensas y armas gracias al uso del fuego blanco, pero esta nueva magia era muy
riesgosa, los magos perdían rápidamente energía se desangraban al usar el nuevo
poder, a pesar de esto deseaban luchar hasta el final era preferible morir
defendiéndose, aunque perdían las energías los ataques no disminuían en poder o
intensidad, Cir Arminus los había instruido bien.
El “Caudillo
Oscuro” no perdió la calma ante la nueva situación de la batalla, ordenó a sus
guerreros replegarse, debían actuar mas rápidamente, tarde o temprano los magos
se agotarían pero para eso era necesario mantener el asedio de una manera más
inteligente, puso a todos sus hombres a distancia prudencial de los magos pues
sin la protección de las armaduras eran vulnerables a los rayos de tormenta que
eran capaces de usar los magos blancos, los tremons atacaban a los magos con
rocas y flechas para malestar de su líder en esta ocasión ya no causaban ningún
efecto sobre sus enemigos.
El ataque humano
sobre los tremons no cesaba, Neyra Divath dispuso que se detenga el uso del
fuego blanco, incluso ella estaba sintiendo el rigor de la utilización de esta
magia, además el fuego blanco ya no era tan imprescindible sus invasores
estaban desprotegidos, el uso de la magia blanca bastaría para derrotarlos, así
todos lo magos detuvieron el fuego blanco, lo magos rojos iniciaron una lluvia
de rocas sobre los tremons, al tiempo que la mitad los magos blancos hicieron
resplandecer la noche con el uso de la luz blanca, simultáneamente la otra
mitad de “Caballeros de la Luz” lanzaron sus rayos de tormenta, aunque bien
entrenados los tremons se vieron
fuertemente afectados por el ataque humano, muchos perdieron la vista, otros
tantos fueron gravemente heridos tanto por las rocas y los rayos de tormenta,
únicamente Drager estaba en optimas condiciones era el único en su ejército que
no había perdido la armadura, sin embargo al ver la situación en toda su
extensión sintió gran dolor, los suyos estaban sufriendo, por primera vez en
toda su vida veía sangre tremon derramarse sobre el campo de batalla.
A pesar de las
heridas los tremons continuaban luchando, un desquiciado Drager avanzó hacia
los magos, el mismo acabaría con todos ellos de ser necesario, aunque lo que
realmente deseaba era acercarse lo suficiente a la Dama Blanca para cortarle la
garganta son su espada, deseba la vida de esa humana insignificante, la
compasión que le mostró le estaba resultando muy costosa, por su debilidad sus
hermanos sufrían, su mente lo acusaba, al acercarse a cada pareja de humanos
los mataba sin ninguna piedad, los ojos de Drager eran autenticas antorchas de
fuego encendidas por la ira y el deseo de venganza, desgarraba miembros,
terminaba vidas con una rapidez atroz, su armadura plateada se había tornado de
color carmesí, se hallaba cubierta por la sangre de todos los humanos que iba
asesinando en su avance en búsqueda de Neyra Divath, tan poseso de la ira se
encontraba Drager que no se percató que ella, esa pequeña mujer como él la veía
se encontraba esperándolo, no se había movido de las cercanías del cuerpo de
Cir Arminus.
Al ver avanzar a
Drager el “Paladín Blanco” se preparó para recibirlo haría uso del fuego
blanco, se aferró al cuerpo del redentor de su alma, terminaría con esa maligna
criatura con la ayuda de Cir Arminus, cuando el “Caudillo Oscuro” se encontraba
a la distancia adecuada, de las manos de Neyra Divath salió un rayo de fuego
blanco impresionante que por unos instantes enmudeció el campo de batalla, tan
poderoso fue que derrumbo la pared frontal de la torre del palacio, el rayo
parecía también salir del cuerpo del “Paladín Rojo”.
Drager no vio venir
el rayo de fuego blanco, pero para su fortuna y felicidad de la Luna Negra uno
de sus hermanos lo había seguido, este, instantes antes de que su líder reciba
el impacto mágico, se interpuso a la trayectoria de la saeta blanca que arrojo
Neyra Divath, recibiendo en su cuerpo desnudo todo el poder de los soles, el
resultado de esta acción dejó a Drager sin palabras, totalmente paralizado, el
cuerpo destrozado de su hermano lo arrojo por el suelo varios pies, cuando
logró incorporarse del impacto vio la escena mas desgarradora que jamás había
presenciado, uno de los suyos se retorcía en medio de una terrible agonía, uno
de sus congéneres estaba muriendo, la Luna Negra nunca lo preparó para esto, el
podía destruir reinos completos sin ninguna compasión, pero no sabía como
enfrentarse a la perdida de un hermano, eso nunca lo había esperado.
Neyra Divath
observaba fijamente a Drager desde su torre, vio como era presa del dolor, pudo
ver que ese maligno ser estaba lleno de sentimientos, pues cogió el cuerpo de
su soldado y lo llevaba hacia las afueras de la ciudad, se encontraba realmente
atribulado, como podía ser eso, un ser que había prácticamente llevado a la
desaparición de la humanidad se mostraba totalmente destruido por la perdida de
uno de los suyos, que gran misterio era el “Caudillo Oscuro” con esto en su
mente el “Paladín Blanco” empezó a perder las fuerzas.
Drager sintió dolor
en un sitio que nunca supo que existía, le dolía profunda y letalmente el
corazón, ninguna herida podría superar al dolor que estaba sintiendo, de pronto
la batalla perdió sentido, por una única vez estaba viendo el verdadero horror
de la guerra, cuando abrió los ojos de su corazón pudo ver no solo el cadáver
que llevaba en sus manos, muchos de los suyos ya habían sido victimas de la
magia humana se encontraban durmiendo el sueño eterno y frío de la muerte,
otros tantos se encontraban gravemente heridos, incluso también se percato del
sinnúmero de humanos muertos, motivado por el dolor que sentía en su alma
ordenó la retirada, no deseaba seguir luchando, no podía ver morir a otro de
sus hermanos, entendió que había sido derrotado, de seguir en la batalla muy
probablemente morirían todos los suyos, aunque también llevaría a la extinción
permanente de la raza humana, este particular ya no le interesaba deseaba
precautelar a todos sus hermanos, en medio de tanta angustia no alcanzó a
percatarse que Neyra Divath se desplomaba victima de la falta de energías.
La Luna Negra
nuevamente se encontraba en lo más alto del cielo de Ebyam con el Sol Blanco,
los magos se encontraban extremadamente cansados, la batalla se había extendido
demasiado, sin embargo continuaban atacando usando todo su poder, el ataque no
cesaba hasta que sucedió el milagro, gracias a los soles los tremons se
retiraban, Drager permanecía estático mientras los suyos se alejaban del Reino
del Sur, cuando el último tremon perdió de vista la ciudad del sur, Drager
inició su retirada, increíblemente ni un solo mago se atrevió a atacar al
primogénito de la Luna Negra, infundía demasiado respeto, tal vez era temor, lo
que hubiese sido, Drager abandono el Reino del Sur ileso físicamente, pero
mortalmente herido en su alma.
En pleno cenit la
Luna Negra observó la primera derrota de sus hijos, con su oscuridad guió el
camino de sus criaturas de regreso a su hogar, la Montaña Perpetua, con su
oscuro manto intentaba alentar la atribulada alma de su hijo mas querido, no le
gustaba ver al ser mas perfecto que creó en esas condiciones.
En medio de asombro
y júbilo, los magos y los habitantes del sur observaron la retirada tremon,
cuando Drager se perdió de vista, todos en el sur empezaron a celebrar
estallaron de alegría, los sobrevivientes empezaron inmediatamente a ayudar a
los heridos, pero la alegría fue truncada rápidamente cuando una pareja de
magos Rotreb el mago rojo y Steuma el mago blanco encontraron a Neyra Divath
inconsciente abrazada al cuerpo que parecía ya inerte de Cir Arminus.
La
celebración terminó Rotreb llevó a Neyra Divath hacia el interior del Palacio,
de igual manera hizo Steuma con Cir Arminus, inmediatamente fueron llamados los
curanderos que aun sobrevivían y que estaban en condiciones de ayudar a los
paladines, era indispensable salvar sus vidas, pues la guerra aun no terminaba,
la batalla había sido ganada, pero la verdadera guerra acababa de iniciarse
todos sentían eso.
Mientras
tanto en el jardín real el cuerpo de Havyd también era llevado al interior del
palacio por una mujer sumamente agotada y de una belleza particular, que a
pesar de todo mantenía una gran y hermosa sonrisa en su rostro, lo que la
convertía en un ser supremamente radiante.
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