miércoles, 30 de enero de 2013

Rojo y Blanco, capítulo XX

Indice


Capítulo 20 Derrota

Imágen tomada de aquí
 

La batalla en el sur estaba tomando un drástico giro, los magos tenían el control de la situación, la mayoría de sus enemigos se encontraban ya desprovistos de sus defensas y armas gracias al uso del fuego blanco, pero esta nueva magia era muy riesgosa, los magos perdían rápidamente energía se desangraban al usar el nuevo poder, a pesar de esto deseaban luchar hasta el final era preferible morir defendiéndose, aunque perdían las energías los ataques no disminuían en poder o intensidad, Cir Arminus los había instruido bien.



El “Caudillo Oscuro” no perdió la calma ante la nueva situación de la batalla, ordenó a sus guerreros replegarse, debían actuar mas rápidamente, tarde o temprano los magos se agotarían pero para eso era necesario mantener el asedio de una manera más inteligente, puso a todos sus hombres a distancia prudencial de los magos pues sin la protección de las armaduras eran vulnerables a los rayos de tormenta que eran capaces de usar los magos blancos, los tremons atacaban a los magos con rocas y flechas para malestar de su líder en esta ocasión ya no causaban ningún efecto sobre sus enemigos.

El ataque humano sobre los tremons no cesaba, Neyra Divath dispuso que se detenga el uso del fuego blanco, incluso ella estaba sintiendo el rigor de la utilización de esta magia, además el fuego blanco ya no era tan imprescindible sus invasores estaban desprotegidos, el uso de la magia blanca bastaría para derrotarlos, así todos lo magos detuvieron el fuego blanco, lo magos rojos iniciaron una lluvia de rocas sobre los tremons, al tiempo que la mitad los magos blancos hicieron resplandecer la noche con el uso de la luz blanca, simultáneamente la otra mitad de “Caballeros de la Luz” lanzaron sus rayos de tormenta, aunque bien entrenados los tremons  se vieron fuertemente afectados por el ataque humano, muchos perdieron la vista, otros tantos fueron gravemente heridos tanto por las rocas y los rayos de tormenta, únicamente Drager estaba en optimas condiciones era el único en su ejército que no había perdido la armadura, sin embargo al ver la situación en toda su extensión sintió gran dolor, los suyos estaban sufriendo, por primera vez en toda su vida veía sangre tremon derramarse sobre el campo de batalla.

A pesar de las heridas los tremons continuaban luchando, un desquiciado Drager avanzó hacia los magos, el mismo acabaría con todos ellos de ser necesario, aunque lo que realmente deseaba era acercarse lo suficiente a la Dama Blanca para cortarle la garganta son su espada, deseba la vida de esa humana insignificante, la compasión que le mostró le estaba resultando muy costosa, por su debilidad sus hermanos sufrían, su mente lo acusaba, al acercarse a cada pareja de humanos los mataba sin ninguna piedad, los ojos de Drager eran autenticas antorchas de fuego encendidas por la ira y el deseo de venganza, desgarraba miembros, terminaba vidas con una rapidez atroz, su armadura plateada se había tornado de color carmesí, se hallaba cubierta por la sangre de todos los humanos que iba asesinando en su avance en búsqueda de Neyra Divath, tan poseso de la ira se encontraba Drager que no se percató que ella, esa pequeña mujer como él la veía se encontraba esperándolo, no se había movido de las cercanías del cuerpo de Cir Arminus.

Al ver avanzar a Drager el “Paladín Blanco” se preparó para recibirlo haría uso del fuego blanco, se aferró al cuerpo del redentor de su alma, terminaría con esa maligna criatura con la ayuda de Cir Arminus, cuando el “Caudillo Oscuro” se encontraba a la distancia adecuada, de las manos de Neyra Divath salió un rayo de fuego blanco impresionante que por unos instantes enmudeció el campo de batalla, tan poderoso fue que derrumbo la pared frontal de la torre del palacio, el rayo parecía también salir del cuerpo del “Paladín Rojo”.

Drager no vio venir el rayo de fuego blanco, pero para su fortuna y felicidad de la Luna Negra uno de sus hermanos lo había seguido, este, instantes antes de que su líder reciba el impacto mágico, se interpuso a la trayectoria de la saeta blanca que arrojo Neyra Divath, recibiendo en su cuerpo desnudo todo el poder de los soles, el resultado de esta acción dejó a Drager sin palabras, totalmente paralizado, el cuerpo destrozado de su hermano lo arrojo por el suelo varios pies, cuando logró incorporarse del impacto vio la escena mas desgarradora que jamás había presenciado, uno de los suyos se retorcía en medio de una terrible agonía, uno de sus congéneres estaba muriendo, la Luna Negra nunca lo preparó para esto, el podía destruir reinos completos sin ninguna compasión, pero no sabía como enfrentarse a la perdida de un hermano, eso nunca lo había esperado.

Neyra Divath observaba fijamente a Drager desde su torre, vio como era presa del dolor, pudo ver que ese maligno ser estaba lleno de sentimientos, pues cogió el cuerpo de su soldado y lo llevaba hacia las afueras de la ciudad, se encontraba realmente atribulado, como podía ser eso, un ser que había prácticamente llevado a la desaparición de la humanidad se mostraba totalmente destruido por la perdida de uno de los suyos, que gran misterio era el “Caudillo Oscuro” con esto en su mente el “Paladín Blanco” empezó a perder las fuerzas.

Drager sintió dolor en un sitio que nunca supo que existía, le dolía profunda y letalmente el corazón, ninguna herida podría superar al dolor que estaba sintiendo, de pronto la batalla perdió sentido, por una única vez estaba viendo el verdadero horror de la guerra, cuando abrió los ojos de su corazón pudo ver no solo el cadáver que llevaba en sus manos, muchos de los suyos ya habían sido victimas de la magia humana se encontraban durmiendo el sueño eterno y frío de la muerte, otros tantos se encontraban gravemente heridos, incluso también se percato del sinnúmero de humanos muertos, motivado por el dolor que sentía en su alma ordenó la retirada, no deseaba seguir luchando, no podía ver morir a otro de sus hermanos, entendió que había sido derrotado, de seguir en la batalla muy probablemente morirían todos los suyos, aunque también llevaría a la extinción permanente de la raza humana, este particular ya no le interesaba deseaba precautelar a todos sus hermanos, en medio de tanta angustia no alcanzó a percatarse que Neyra Divath se desplomaba victima de la falta de energías.

La Luna Negra nuevamente se encontraba en lo más alto del cielo de Ebyam con el Sol Blanco, los magos se encontraban extremadamente cansados, la batalla se había extendido demasiado, sin embargo continuaban atacando usando todo su poder, el ataque no cesaba hasta que sucedió el milagro, gracias a los soles los tremons se retiraban, Drager permanecía estático mientras los suyos se alejaban del Reino del Sur, cuando el último tremon perdió de vista la ciudad del sur, Drager inició su retirada, increíblemente ni un solo mago se atrevió a atacar al primogénito de la Luna Negra, infundía demasiado respeto, tal vez era temor, lo que hubiese sido, Drager abandono el Reino del Sur ileso físicamente, pero mortalmente herido en su alma.

En pleno cenit la Luna Negra observó la primera derrota de sus hijos, con su oscuridad guió el camino de sus criaturas de regreso a su hogar, la Montaña Perpetua, con su oscuro manto intentaba alentar la atribulada alma de su hijo mas querido, no le gustaba ver al ser mas perfecto que creó en esas condiciones.

En medio de asombro y júbilo, los magos y los habitantes del sur observaron la retirada tremon, cuando Drager se perdió de vista, todos en el sur empezaron a celebrar estallaron de alegría, los sobrevivientes empezaron inmediatamente a ayudar a los heridos, pero la alegría fue truncada rápidamente cuando una pareja de magos Rotreb el mago rojo y Steuma el mago blanco encontraron a Neyra Divath inconsciente abrazada al cuerpo que parecía ya inerte de Cir Arminus.

La celebración terminó Rotreb llevó a Neyra Divath hacia el interior del Palacio, de igual manera hizo Steuma con Cir Arminus, inmediatamente fueron llamados los curanderos que aun sobrevivían y que estaban en condiciones de ayudar a los paladines, era indispensable salvar sus vidas, pues la guerra aun no terminaba, la batalla había sido ganada, pero la verdadera guerra acababa de iniciarse todos sentían eso.

Mientras tanto en el jardín real el cuerpo de Havyd también era llevado al interior del palacio por una mujer sumamente agotada y de una belleza particular, que a pesar de todo mantenía una gran y hermosa sonrisa en su rostro, lo que la convertía en un ser supremamente radiante.

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