martes, 30 de octubre de 2012

Rojo y Blanco Capitulo VII


Como han estado amigos, bueno mi semana la he iniciado algo tardía, pero mas vale tarde que nunca asi, que les traigo un nuevo capítulo de Rojo y Blanco, que lo disfruten

Capítulo I
Capítulo II

Capítulo III

Capítulo IV

Capítulo V

Capítulo VI


Capítulo 7 Oscura Astucia.-




Mientras Drager, salía del Reino del Norte su mente era un remolino de pasiones y emociones, no entendía como fue derrotado, porque había perdido esa batalla, porque contra seres tan insignificantes, tantas ideas le llegaban.

Pero Drager era el tremon por excelencia, capaz de tomar fuerza de una caída y precisamente eso sucedió. Conforme el golpeado, pero no debilitado ejército tremon llegaba a la Montaña Perpetua, la mente de Drager se iba aclarando mas y mas, comprendió que no era perfecto que si había cometido errores y el principal fue menospreciar a su rival, error que no se repetiría, el se enfrentaría nuevamente a esos humanos que manipulan el fuego y en ese encuentro no dejaría piedra sobre piedra, ni a uno solo de esos humanos de pie, el personalmente cortaría las gargantas de todo aquel humano capaz de usar el fuego en contra de uno de los suyos.

Para cuando los tremons llegaron a su ciudad, los ánimos estaban totalmente calmados, ni uno solo de los subalternos de Drager, cuestionaba y mucho menos reprochaba la actitud de su líder, nadie en tan poderoso e inmenso ejército culpaba a su general por la derrota, al contrarío se recriminaban a si mismos, no haber sido mas audaces, no haber podido triunfar a la primera dificultad real que se les presento, al tiempo que agradecían profundamente la decisión de su líder sabían que si se hubieran dejado llevar por el calor de la batalla, muchos tremons hubieran muerto y si había algo que los tremons valoraban era su propia vida así como la de sus congéneres, y el sabio Drager les había salvado la vida a todos los integrantes del ejército, así miraban la situación los tremons, que ejército mas sorprendente e implacable, la Luna Negra creó a los perfectos instrumentos para conseguir sus objetivos.

Ya en la ciudad, Drager no se permitió a si mismo ni in solo momento de descanso, tenía que actuar rápidamente, conocía que los humanos estaban fuertemente golpeados y que si deseaba imponer su dominio debía seguir golpeándolos tan fuerte y rápido como lo permitiesen sus fuerza y vaya que Drager era fuerte, demasiado fuerte para infortunio del pueblo del Norte.

Se ordenó el descanso de los soldados, al tiempo que ingenieros, científicos y obreros dirigidos por Drager iniciaban sus labores, el primer paso en la ingenioso plan del primogénito de la Luna Negra, era encontrar una aleación lo suficientemente fuerte y liviana como para resistir la lluvia de rocas incandescentes.

Inteligentes por naturaleza, los científicos tremons, no tardaron en descubrir la mezcla exacta de minerales para crear el material que denominaron “antipyro”, el antipyro era todo lo que esperaba Drager, liviano, extremadamente resistente y al contrario de todos los metales conocidos hasta el momento, soportaba gran cantidad de fuego, dispersándolo rápidamente evitando calentarse.

El caudillo de los tremons estaba contento, sus planes avanzaban a la velocidad que el deseaba, con tan precioso material, el antipyro, podría crear una serie de defensas, que evitarían que su ejército sea victima de los ríos de fuego y de la lluvia las rocas incandescentes de los humanos del norte.

Con gran premura, se hicieron inmensas cantidades de antipyro, todos los obreros tremons trabajaron día y noche para cumplir los deseos de su líder, al cabo de pocos días, Drager estaba listo para seguir con la segunda fase de su plan para destruir el Reino del Norte.

Con la cantidad adecuada de antipyro, Drager ordeno a su ingenieros construir vehículos lo suficientemente grandes y rápidos para que albergasen a sus soldados, durante la lluvia de rocas, y haciendo gala de todo su ingenio los científicos tremon idearon una especia de caja que rodaba, en la cual podían entrar hasta quince soldados tremons sin ninguna incomodidad.

También se construyeron nuevas armaduras que cubrían totalmente a su dueño, estas tenían el fin de defender a los guerreros de los ríos de fuego, por la naturaleza del antipyro estas armaduras eran muy resistentes no solo al calor sino también a los golpes, cuanto ingenio poseían los tremons y todo este estaba encaminado a la destrucción y erradicación de los humanos de Ebyam.

Todas las armas tremons, flechas, lanzas, espadas, escudos y demás, fueron substituidas por nuevas armas construidas de antipyro, el antipyro sería el instrumento con que los tremons destruirían a los humanos, no podía existir mejor arma de ataque y defensa, arma que se encontraba en las manos mas adecuadas para cumplir con su objetivo, estaba en manos de los hijos de la Luna Negra.

Drager no podía ser mas dichoso, todas sus órdenes se cumplieron al pie de la letra y de manera eficiente y eficaz, se sentía orgulloso de su pueblo, sus hermanos, sentía el orgullo de ser un tremon.

Antes de terminar el tercer cuarto del plenilunio rojo, Drager estaba listo y dispuesto a marchar nuevamente en contra del Reino del Norte, pero esta vez sería mas implacable y decidido que nunca, con nuevos y mayores bríos el ejército tremon se alistaba para iniciar la marcha, para cubrir los suelos del Reino del Norte con la sangre de todos y cada uno de sus habitantes.

Pero lo mejor estaba aún por llegar, pues la Luna Negra al ver el gran ingenio y fuerza de sus hijos, decidió darles una ayuda extra, si los soles podían hacerlo, porque no ella?.

En la noche anterior al inició de la campaña tremon en contra de los humanos del norte, la Luna Negra se presento a su hijo predilecto, al “Caudillo Oscuro”, llenas de orgullo a tu creador, empezó su retórica la Luna Negra, no pude crear un hijo mas perfecto que tú mi amado Drager, prosiguió, y en vista de tus muchas actitudes y capacidades he decidido, darte el conocimiento necesario para que luches contra la magia roja de los humanos. Conoces por experiencia lo temible del uso del fuego, pero también debes saber que los humanos son físicamente inferiores a ustedes mis hijos oscuros, esta inferioridad no les permite mantener mucho tiempo el uso de sus poderes, pues sus cuerpos empiezan a resentirse, y si se mantienen luchando por un periodo largo, terminan por perder su energía y con ella la vida. Usa estas palabras sabiamente mi hijo, ya tienes el conocimiento necesario y también la sabiduría para dar correcto uso a todo lo que te he dicho, diciendo esto la Luna Negra desapareció, Drager no pudo decir nada durante todo el tiempo que hablo su Padre, pero escucho con gran atención y sabía exactamente el uso que daría a la información que recibió de su divinidad.

Al tiempo que Cir Arminus se recuperaba, venciendo a la muerte, gracias a la “Dama de la Vida”, Drager daba inicio a la marcha que tenia como objetivo la destrucción total del Reino del Norte, ningún habitante de este Reino tenia idea del holocausto que se acercaba a pasos agigantados a ellos.

El ejército tremon avanzo de manera pasmosa y con gran sigilo hacia el Norte, no deseaban darles tiempo para reaccionar a sus enemigos y tiempo antes de que terminase el plenilunio rojo, el ejército tremon, se encontraba nuevamente cercando el Reino de Cir Arminus.

La sangre de todos los habitantes del Reino del Norte se congeló al ver el inmenso ejército que rodeaba su ciudad, no esperaban este ataque, no tan rápido, no sin su líder, la situación era en extremo tenebrosa, nuevamente los soles abandonaban a su suerte a sus hijos, pero estos no estaban dispuestos a morir, no sin al menos luchar defendiendo sus vidas y la de los suyos.

Nuevamente se encontraban tremons y humanos del norte, nuevamente se veían las caras los “Señores del Fuego” y Drager el “Caudillo Oscuro”, pero esta vez el desenlace sería otro no habría retirada, no habría piedad solo una raza sobreviviría a este enfrentamiento, y Drager tenia la certeza que esta vez el sería el vencedor absoluto, la gracia de la Luna Negra lo acompañaría de inicio a fin de la pelea.

Lo que no sabía Drager es que su principal enemigo, Cir Arminus, no se encontraba en la ciudad, Drager había visto y admirado al líder de los humanos del norte, no conocía su nombre, pero este hombre se había convertido en su trofeo, deseaba asesinarlo con sus manos, deseaba beber su sangre y comer su carne, quería darle la muerte mas atroz por haber osado enfrentarse a el.

Desde que llego al Reino del Norte Drager busco con intensidad al hombre de fuego, como el lo llamaba, pero su búsqueda era infructuosa, el hombre de fuego no aparecía, lo mas probable es que hubiese muerto en la lucha anterior pensó Drager, esta idea le dolía pues deseaba con toda el alma, él mismo poner fin a la vida de su enemigo, pero si los deseos de la Luna Negra eran que este hombre ya estuviera muerto, el no tenia porque reprochar nada.

Entre idea e idea, Drager ordenó que los tambores empiecen su tétrico cantar, ordenó que sonasen como nunca, pues esta vez anunciaban no solo la muerte de los humanos, anunciaban una nueva forma de lucha tremon, una mas despiadada e inteligente. Sonaron los tambores y la batalla dio inicio.

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